La frase del día

sábado, 24 de septiembre de 2011

-Once segundos




Ese es el tiempo que duraba cada día el trayecto de ascensor que disfrutaba con mi vecina.

Volvía con mi vecina, que vivía en la puerta de enfrente de mi mismo rellano, de dejar a los niños en el colegio, los dos teníamos un par de chavales de la misma edad, y era algo que hacíamos casi todos los días laborables.

—Es una pena que una obra de arte como tú —solté de sopetón—, tenga una sola persona que la disfrute.

Me había costado tres meses atreverme a decir esa frase, y era lo mejor que se me había ocurrido, no soy muy creativo, lo sé, pero quería mostrar mi interés sin ser grosero, y que tuviera la oportunidad de ignorarme o interpretarlo de otra manera.

—Será que no me miras todo lo que quieres, que me pegas cada repaso con los ojos… ¿Te piensas que no me doy cuenta?


sábado, 17 de septiembre de 2011

-Boomerang






30 años.

Hay gente que no sabe por qué la vida que lleva no es lo que esperaban, yo tengo la desgracia de saber exactamente cuando y como, la mía empezó a rodar cuesta abajo y sin frenos. La de veces que he soñado con volver a ese momento, para actuar de otra manera, y evitar así, todas las desgracias que se desencadenaron después.

Tendría sobre los dieciocho años aquel fatídico día, en el que mi vida cambió totalmente, y era feliz, sí, feliz con mayúsculas, buen estudiante, buen deportista, montones de amigos, un carácter abierto y jovial, y todo eso, rematado con un buen físico en el que lo único negativo, era una nariz ligeramente desviada, pero que en vez de afearme, me daba un aire de chico duro. Era un líder nato, una persona de fuerte carácter a la que la gente seguía, sin saber por qué lo hacía.

Pero en un instante todo cambió, pasé de ser un triunfador  a estar en prisión, acusado de violación y asesinato, esperando pasar el resto de mi vida en una reducida celda, privado de libertad.