El día en que mi vecina la puta. No es un insulto ni me cae mal, es que es eso: Una prostituta que da gustirrinín a los hombres por
dinero. Y ella lo lleva muy bien, no se siente explotada ni nada de eso. Aunque
como comprenderéis, no son cosas que se vayan contando por ahí; pues a lo que
iba, cuando llamó a mi puerta para pedirme un favor, no puede negarme, ella
también me los había hecho a mí.